Piden que la ANMAT autorice el uso de un medicamento para realizar abortos seguros

10/08/2017

Un grupo de precandidatos hizo una presentación en el INADI por el alto valor del Misoprostol, un fármaco recomendado para interrumpir embarazos de forma seguro, pero que en el país sólo está autorizado para uso gástrico. Aseguran que por esta situación, se comete un “acto de discriminación” contra las mujeres. Denuncian que el laboratorio productor “abusa de su posición” al fijar el precio. 

En casi todo el mundo, el Misoprostol se usa para realizar abortos seguros. Recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el fármaco se usa para fines gástricos, pero por su efecto permite interrumpir embarazos de manera segura y sin mayores efectos secundarios. Por el trabajo de las organizaciones feministas, su oferta crece en todo el planeta, y hoy es común ver avisos en redes sociales que ofrecen los tratamientos. En la Argentina, el Misoprostol es comercializado bajo la marca comercial Oxaprost, la única disponible, y según la regulación sólo puede conseguirse con receta en farmacia, como protector gástrico. Ante esto, un grupo de precandidatos pidieron a las autoridades que se cambie esto, y se incluya en la normativa el uso para abortos. La presentación se hizo ante el INADI, donde además se quejaron del precio que se maneja el medicamento, ya que al haber una única versión, existe “posición dominante” del laboratorio. 

La extraña presentación la hicieron candidatos de Convocatoria Abierta por Buenos Aires, una lista porteña que tiene como referente al diputado nacional Claudio Lozano. La iniciativa para cambiar y ampliar la regulación del Oxaprost es parte de una iniciativa de María Elena Barbagelata, que le reclamó a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que cambie la regulación. “En nuestro país, el Misoprostol es producido y comercializado por un único laboratorio, y se encuentra aprobado por la ANMAT para usos gástricos exclusivamente, no reconociendo sus usos obstétricos y previendo modalidades de expendio”, reconoció la precandidata. 

Barbagelata dijo que “la reticencia de la ANMAT a reconocer su uso obstétrico impactan negativamente sobre el ejercicio de los derechos de las mujeres, quienes son las usuarias de este medicamento por razones de salud sexual y reproductiva”. “Los obstáculos que este abuso generan son discriminatorios y esperamos que el INADI actúe para terminar con esta inequidad”, aseguró. El pedido fue apoyado por personalidades como Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora), Nelly Minyersky (presidenta del Parlamento de las Mujeres en la Legislatura porteña), Carlos Schwartz (médico) y Diego May Zubiria (ex constituyente nacional). 

En la presentación del INADI se habla del “exorbitante precio” del medicamento, ya que “se comercializa a un valor 2.746 por ciento más caro que en Francia”. Así se lo hicieron saber al interventor del INADI, Claudio Presman, a quien le aseguraron que esta situación es “un acto de discriminación hacia la mujer por razones de género, condición económica, edad y discapacidad”. “El acceso al Misoprostol se ve obstaculizado por su excesivo e injustificado costo, lo que directamente imposibilita su compra, discriminando a todas las mujeres en general, pero en particular a las más pobres, a quienes padecen discapacidad y a las niñas y adolescentes”, advirtió Barbagelata, abogada especialista en cuestiones de género. 

El misoprostol es el principio activo de un medicamento que se utiliza como protector gástrico, para la prevención de úlceras, en especial en pacientes que deben consumir antiinflamatorios por lapsos prolongados. Uno de sus efectos adversos es que provoca contracciones uterinas que pueden expulsar el producto gestacional, por lo que no debe ser suministrado durante el embarazo, a menos que se busque interrumpirlo o desencadenar el parto. 

La OMS recomienda el uso de este medicamento en su Manual de Práctica Clínica Para un Aborto Seguro, bajo supervisión médica. Entre sus ventajas, enumera: evita la cirugía, simula el proceso de pérdida de embarazo, puede ser controlado por la mujer y puede ser realizado en domicilio. Entre sus desventajas se encuentran la posibilidad de hemorragia y calambres, el tiempo que puede llevar consumar el aborto –horas y hasta días-, y que incluso puede no dar resultado o producir un resultado parcial (su tasa de éxito es del 80 por ciento).

 

 

 

Fuente: Mirada Profesional