Un desarrollo argentino promete mejorar la absorción de los medicamentos en aerosol

29/06/2018

Un dispositivo local busca evitar que parte de la dosis de estos tratamientos, por lo general usados para afecciones respiratorias, se pierda durante la aplicación. Una simulación en computadoras comprobó que su uso mejora la incorporación que los modelos estándar. Ahora falta probarlo en humanos.

En esta época del año, por las afecciones respiratorias, se suele disparar el uso el uso de medicamentos en aerosol. Los famosos “paff” son inhaladores que envían una dosis de la droga, para que sea incorporada al organismo. Pero no siempre ese envío se “toma” completo, en especial cuando se trata de niños. Esta fue la preocupación de un visitador médico argentino, que en sus tiempos libres desarrollo un nuevo sistema de pulverización, que fue probado en simuladores de computadora por una ingeniera. El resultado respalda la teoría inicial: los tratamientos estándar no garantizan la incorporación de toda la dosis del fármaco, algo que sí hace este modelo. Ahora, los próximos pasos es desarrollar el producto, para que pueda ser probado en humanos. En tanto, especialistas difundieron formas de hacer una correcta aplicación de estos medicamentos. 

En estos días, la ingeniera platense Agustina Ravettino realizó una simulación de computadoras para comparar la absorción de los medicamentos en aerosol que se usan en el mercado y el invento de Norberto Martire, un visitador médico quien inventó su propio modelo de aerocámara. Según los resultados, este nuevo dispositivo aumentaría un 8 por ciento más la inhalación en niños y en un 6 por ciento más en adultos. La simulación se hizo en la Unidad de Investigación, Extensión y Transferencia (UIDET) Grupo Fluidodinámica Computacional (GFC) del Departamento de Aeronáutica de la Universidad Nacional de La Plata UNLP), bajo supervisión de los ingenieros Ana Scarabino y Federico Bacchi. 

Según le contó Ravettino al diario Hoy de la capital provincial, para el estudio utilizó un programa de computadora para simular una inyección de medicamento en las dos cámaras y así ver cuánto porcentaje recibe un paciente. “Vimos que el nuevo diseño es más eficiente tanto en el caso de chicos como de adultos”, afirmó la ingeniera. “Estos dispositivos, entre la cámara y la mascarilla, poseen una válvula que se abre cuando el paciente está inspirando. De ese modo, dejan pasar las partículas de medicamento. En tanto, cuando la persona está exhalando, la válvula se cierra y las partículas quedan suspendidas adentro de la cámara. Cuando vuelve a inspirar las partículas pasan nuevamente”, describió. 

El objetivo de las aerocámaras es que la medicación suministrada llegue a los bronquios y no quede sólo captada por la nariz, boca o garganta. Pero el problema es que muchas partículas quedan pegadas en las paredes del dispositivo. “De acuerdo a la bibliografía consultada, un 20 por ciento de la dosis de medicamento llega a los pulmones, quedando el porcentaje restante depositado sobre las paredes de la cámara y sobre el tracto respiratorio. El objetivo es aumentar la eficiencia de inhalación y así someter menos al paciente al tratamiento y que el medicamento dure más”, expresó la ingeniera. Según detalló Ravettino, “la cámara tradicional tiene una forma cilíndrica, lisa. En cambio, el modelo diseñado por Martire posee una forma helicoidal con lo cual, cuando la persona inspire, se va a generar un movimiento de rotación que hará que las partículas de medicamento no se queden pegadas en las paredes. La simulación, realizada con salbutamol, nos permitió verificar que existe ese efecto de rotación”. 

En tanto, especialistas crearon un instructivo en el que explica la técnica correcta para hacer un “paff”, en caso que el niño lo requiera por indicación médica. En estos casos se debe usar una aerocámara; estos equipos se venden en las farmacias. En el primer momento, el niño debe estar sentado. Es recomendable que alguien ayude a la mamá o a quien realice el procedimiento, porque hay que abrazarlo y sostenerle la frente. Luego, la persona que va a hacer el "paff" debe colocar la aerocámara de manera que cubra la boca del niño y agitar el aerosol. Una vez concluido este paso, se hace el disparo. Tercer momento: se cuenta 15 segundos y se quita la aerocámara. Finalizado este paso, se repite los pasos anteriores para realizar un segundo disparo. Si el niño está agitado, se le hunden las costillas, se le pone el labio morado, no se alimenta bien o no duerme, hay que consultar a un médico.

 

 

Fuente: Mirada Profesional