Se presenta en el país un nuevo medicamento que reduce la recurrencia del cáncer de mamas
Casi el 20 por ciento de los tumores que se diagnostican en el país se ubican en las mamas, un total de cerca de 22 mil casos que se suman cada año. Pese a la proliferación de las campañas preventivas, que buscan lograr diagnóstico precoz, cada año más de medio millón de pacientes mueren, en muchos casos por la recurrencia, es decir, la vuelta de la enfermedad luego de realizar el tratamiento. Para frenar esto, llega a la Argentina un nuevo medicamento, que a través de la inhibición de las células tumorales permite reducir este fenómeno un 30 por ciento. En base a la droga abemaciclib, el tratamienmto innovador del Laboratorio Raffo actúa “inhibiendo el ciclo celular, evitando la proliferación de las células tumorales y la reproducción de las células malignas”, y es un tratamiento para pacientes con cáncer de mama temprano que ya hayan transitado el tratamiento indicado: cirugía, quimioterapia, terapia endocrina y/o rayos. Según informaron desde la farmacéutica en la presentación del fármaco, debe recibirse durante dos años, simultáneamente a la terapia hormonal indicada por su oncólogo. Además, presenta toxicidad diferente a las terapias clásicas como la quimioterapia, provocando, por esto, otros efectos adversos. El cáncer de mama es el más diagnosticado y la principal causa de muerte relacionada con el cáncer en las mujeres en todo el mundo. Desde 1990, su incidencia mundial ha aumentado anualmente en un 1,44 por ciento.
En el año 2019 ya se había aprobado la utilización de este medicamento para tratar el cáncer metastásico, lo cual fue una noticia positiva para los pacientes ya que significó una alternativa terapéutica para otorgar una mayor sobrevida, sin dejar a un lado la mejora en la calidad de vida, evitando muchas veces la quimioterapia. A diferencia de aquel avance, esta nueva indicación sirve para tratar el cáncer en etapa no metastásica. El oncólogo tratante valorará en cada caso particular el riesgo de recaída de enfermedad y la necesidad de incorporar esta medicación innovadora al tratamiento estándar pautado para su paciente. "El abemaciclib, que es un inhibidor de ciclinas, se adiciona a los tratamientos habituales de cirugía, radioterapia y hormonoterapia durante dos años. Lo que hemos visto es que, en un subgrupo de pacientes de alto riesgo, disminuye un 30 por ciento el riesgo de recurrencia", explicó Valeria Cáceres, jefa de departamento de Oncología Clínica del Instituto de Oncología Ángel H Roffo. En declaraciones periodísticas, la especialista detalló que este nuevo medicamento lo que hace es "detener el ciclo celular" y, de esta manera, pone a la célula en situación de quietud para que no se siga replicando. "Son puntualmente drogas que se llaman “inhibidores de ciclinas”, que son proteínas que intervienen en la duplicación celular y existen tres tipos (abemaciclib, palbociclib y el ribociclib), pero la única que demostró beneficio en enfermedad temprana, es decir en enfermedad que todavía no se diseminó hacia otros órganos, es el abemaciclib", agregó.
Por su parte, Victoria Costanzo, oncóloga del Servicio de Oncología Clínica Mamaria del Instituto Alexander Fleming, ratificó que el medicamento “es una droga nueva que, sumada a la terapia hormonal, durante los dos primeros años de la terapia disminuye el número de recaídas, si comparamos con terapia hormonal sola. Se usa en pacientes con cáncer de mama con receptores positivos y HER2 negativos que, por otra parte, es el tipo más frecuente de cáncer de mama, y además de alto riesgo”. La especialista explicó que el abemaciclib se diferencia de los demás tratamientos porque integra el grupo de lo que se conoce como "terapias dirigidas", que son las terapias más modernas en oncología, en donde se encuentra una alteración molecular responsable del crecimiento de un tipo de cáncer y la terapia oncológica va dirigida a esa afectación. "Esa es la enorme diferencia con otras terapias más antiguas, como la quimioterapia. La afectividad de la medicación es mayor porque está dirigida a una alteración. Además, la toxicidad es menor, porque su foco de acción es uno y afecta mucho menos a las células normales", explicó. "Es una terapia oral con estricto control médico, la administra la paciente en su casa, si bien tiene su principal efecto adverso en lo clínico, es absolutamente manejable. No da caída de pelo, ni náuseas o vómitos", indicó. "La mayoría de los casos de cáncer de mama son esporádicos, es decir, no tienen relación con antecedentes o herencia, y no podemos evitar que suceda. Lo que sí podemos evitar es la ocurrencia de una enfermedad invasora o detectarlo en un estadio precoz donde sea curable, y con la menor agresión médica posible", concluyó la oncóloga.
Fuente: MIrada Profesional