La Argentina podría probar otro medicamento prometedor para tratar infecciones de Covid-19
Se trata del antiparasitario ivermectina, que ya está aprobado para uso humano en el país, y que un estudio australiano determinó en forma in vitro buenos resultados contra el virus.
En el mundo, existen varios estudios que buscan dar con un medicamento para tratar infecciones de Covid-19, que sean efectivos ante la falta de una vacuna o un fármaco específico para los cuadros graves. El caso de la hidroxicloroquina es el más conocido, un viejo medicamento contra la malaria que es motivo de un estudio internacional para conocer su verdadera eficacia, trabajo del cual participa la Argentina. Pero hay otros ensayos en esta carrera. En Australia, un grupo está probando una alternativa posible para aplicar a pacientes contagiados de coronavirus y mitigar el avance de la enfermedad. Según un estudio publicado en ese país, de acuerdo a los análisis in vitro, el fármaco denominado ivermectina, que está indicado para uso antiparasitario en animales y en personas, “lograba interrumpir el proceso de multiplicación del virus que ocasiona la Covid-19”. Ante esta evidencia, científicos argentinos avalaron el potencial del tratamiento, y no descartaron que se pueda probar en el país. “Uno ve que una de las autoras del paper australiano lleva trabajando desde 2012 con las propiedades de la ivermectina para actuar contra diferentes tipos de virus. E incluso, en la redacción del paper se percibe cómo estos científicos apelan a la mesura para comunicar cada dato al respecto”, sostuvo en una entrevista con el portal Infobae Adrián Lifschitz, investigador principal del Conicet, profesor asociado de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNCPBA) e integrante del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil (CIVETAN). Lifschitz es especialista en el tratamiento con la ivermectina en animales y detalló los pasos a seguir en la Argentina para poder apuntar a ensayos con seres humanos contagiados por el coronavirus.
La ivermectina se encuentra actualmente en el mercado famarcológico argentino. Su uso es masivo para el tratamiento de animales con parásitos. Sin embargo, está aprobada también para la aplicación a humanos. Se obtuvo éxito en el tratamiento contra parásitos internos en personas y también ante parasitosis externas como la sarna. En este sentido, Lifschitz indicó que la novedad anunciada por los científicos australianos es recién el primer paso de un proceso con muchas instancias. “En algunos lugares leí que esto permitía matar al virus en un lapso de 48 horas, pero no es tan así. Lo que demostraron es que al cabo de 48 horas se había logrado frenar la replicación del virus usando una técnica de laboratorio. Además, aclararon que el ensayo se realizó in vitro, que es una expresión absolutamente más simple que aplicarlo en seres vivos”. “Hay un punto muy a favor que es que este fármaco ya fue aprobado para el uso humano. Ya con eso, se avanzaron muchísimos pasos. Ahora, resta analizar todavía cuál es la dosis necesaria para aplicarlo a un contagiado con coronavirus y si esa misma dosis no produce efectos colaterales. Ese campo todavía es incierto”, detalló el especialista.
Tanto en el paper como en las diversas interpretaciones realizadas por científicos de todo el mundo, y ante la euforia y la ansiedad de la comunidad internacional, se aclaró que el éxito del procedimiento se había producido mediante el mecanismo in vitro, es decir, sobre placas de laboratorio. Se advirtió que la práctica en seres vivos representaría un tratamiento y un abanico de situaciones mucho más complejo y amplio. Sin embargo, la seriedad y la experiencia de los autores del ensayo al menos permitió a la comunidad científica argentina prestar una mayor atención. Ante los muchos estudios de lograr un tratamiento, el Comité Ejecutivo de la Sociedad Internacional de Boletines de Medicamentos (ISDB) emitió un documento donde remarcó que “a pesar de las buenas intenciones y la esperanza en acceder rápidamente a medicamentos y vacunas contra el peligroso virus Covid-19, debemos garantizar que los principios rectores de la medicina in dubio abstine (en caso de duda, absténganse de tratar) y Primum non nocere (lo primero, no hacer daño) no se olviden. La necesidad urgente de tratamientos no debería provocar que, en medio de la carrera de los laboratorios farmacéuticos por encontrar una cura, se hicieran evaluaciones inadecuadas de medicamentos”. “Entendemos la ansiedad por la aparición de una vacuna o de un fármaco que al menos frene el avance de la enfermedad, pero la ciencia no funciona así. Si se apuraran ciertos parámetros, se podrían ocasionar secuelas de igual gravedad o aún peores. Hay que ser meticuloso y estar detrás de cada detalle”, reflexionó Lifschitz.