La ANMAT aprueba el primer medicamento biológico contra la dermatitis atópica para adolescentes
La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria, crónica y recurrente de la piel, que tiene una mayor incidencia en niños y adolescentes. Según los datos, mientras que la incidencia en adultos va del 2 al 10 por ciento según el país, en menores estos números pueden llegar a estar entre el 15 y el 30 por ciento. Por eso, tener medicamentos específicos para tratar cuadros de la enfermedad para esa franja etaria es importante, por eso en los últimos años se comenzaron a investigar tratamientos específicos. Esta semana, llegó al país el primer fármaco biológico pensado para tratar cuadros severos entre personas de 12 a 17 años. Así lo determinó la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que informó que la droga dupilumab ya está disponible en el país. Los estudios clínicos que evaluaron el fármaco determinaron que mejora “significativamente los indicadores, como la superficie afectada, la picazón y el impacto en el descanso”. “A veces, existe cierto temor o reticencia de los padres a dar el salto a un tratamiento sistémico para sus hijos. Sin embargo, los biológicos modernos presentan un perfil de seguridad muy amplio, con evidencia de ofrecer beneficios sostenidos en el tiempo”, remarcó Carla Castro, coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral, respecto a la autorización del medicamento.
* . La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria, crónica y recurrente de la piel, que se caracteriza por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor enrojecimiento, costras e infecciones
La llegada de dupilumab al país es una gran noticia, afirman los especialistas, ya que es el primer tratamiento específico para menores con esta patología de la piel. La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria, crónica y recurrente de la piel, que se caracteriza por brotes frecuentes, picazón intensa, irritación, dolor enrojecimiento, costras e infecciones. Como ocurre con otras enfermedades dermatológicas sistémicas, como la psoriasis y la hidradenitis supurativa, la manifestación se da en la piel pero también en otros órganos. En este caso, se puede ver alterada la mucosa respiratoria (desencadenando asma, poliposis nasal o rinosinusitis) y la mucosa gástrica (lo que puede generar alergias alimentarias). Claudio Parisi, jefe de las secciones Alergia Adultos y Alergia Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires, señala que coexisten defectos de la barrera de la piel, con “un proceso inflamatorio conocido como ‘de tipo 2’, ocasionado por una sobreactivación del sistema inmunológico que produce descontroladamente una serie de proteínas, entre otras las interleuquinas 4 y 13”.
“Particularmente, los niños y adolescentes atraviesan una etapa de sus vidas en la que van dándose cambios en su cuerpo y pueden verse influenciados, como todos, por la percepción de los demás. La propia piel es la carta de presentación y esto puede generar mucha angustia y a veces los pacientes ven significativamente impactada su autoestima”, agregó Castro. El grado de severidad de la dermatitis atópica se determina a partir de diferentes clasificaciones internacionales validadas para objetivar la severidad, que consideran el porcentaje de la superficie corporal afectada por lesiones y su ubicación (el impacto tiende a ser mayor cuando están en manos, rostro y genitales, por ejemplo). Pero para determinar cuán severo es el cuadro, también se tienen en cuenta otros aspectos que son más subjetivos pero que también impactan y mucho en el paciente, como el grado de picazón y cuánto repercute en la calidad de vida, ya que las molestias pueden afectar el descanso y dificultar la realización de las actividades diarias. En un contexto de enfermedad crónica, el día a día puede ir tornándose complejo y originar alteraciones psicológicas, cuadros de aislamiento, ansiedad, angustia y depresión.
Fuente: Mirada Profesional