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26/04/2022

La ANMAT amplió el uso en el país de un nuevo medicamento contra la dermatitis atópica severa

Se trata de un producto en base a la droga dupilumab, que ya se puede usar en el país en pacientes mayores de seis años. Desde el 2019 el tratamiento estaba autorizado para mayores de 12.

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica y recurrente de la piel que padecen en forma predominante los niños, pero que puede persistir, reaparecer o debutar en la adultez. Desde el 2019, existe en el país un medicamento disponible para tratar a pacientes mayores de 12 años, que generó buenos resultados en estudios en el exterior. Por esto, hace unos días, la Administración Nacional de Medicamentos Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) amplió su uso y lo aprobó para tratar la dermatitis atópica severa a partir de los 6 años. Se trata de una terapia en base al fármaco biológico dupilumab, que ya se venía utilizando a partir de 12 años desde 2021 y en adultos desde 2019, con resultados de eficacia y seguridad consistentes. “Es una enfermedad mayoritariamente pediátrica, sumamente habitual en nuestros consultorios, pero las herramientas modernas que venían desarrollándose, lógicamente se estudiaban y aprobaban primero en adultos y luego en adolescentes, por lo que las conocíamos por su eficacia en esas poblaciones. Hace tiempo esperábamos poder tenerla a disposición para los niños que la necesiten”, explicó Margarita Larralde, médica dermatóloga, Jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Alemán. En un estudio clínico internacional de fase III, doble ciego, que duró 16 semanas, participaron 367 niños con DA severa: un grupo recibió dosis de dupilumab 300 mg cada 4 semanas + corticoides tópicos, otro recibió el tratamiento cada dos semanas, con una dosis ajustada según peso corporal + corticoides tópicos y el tercero recibió placebo y los mismos corticoides. A las 16 semanas, significativamente más pacientes que recibían la medicación mejoraron entre 3 y 4 puntos el promedio de picos de picazón y también redujeron notoriamente las lesiones de la piel como así también otras consecuencias de esta enfermedad, como ansiedad, depresión y descanso nocturno. Se vieron beneficios en todos los parámetros que midió el estudio.

Según Larralde, el tratamiento de la dermatitis atópica comienza con el cuidado diario de la piel, con humectación constante con cremas y emolientes, evitando la exposición a irritantes como algunas telas, perfumes y cambios en la temperatura del ambiente, entre otros. Luego, se indican corticoides tópicos, fototerapia y, en un escalón siguiente, si son necesarios, se consideran los tratamientos sistémicos, entre los cuales se encuentran los biológicos como el dupilumab. El importante estudio internacional EPI-CARE, del que participó Argentina, reveló recientemente que, en nuestro país, tienen dermatitis atópica alrededor del 9.7% de los niños, pero, entre ellos, del 27.9% presentan las variantes moderada y severa. Sin embargo, a pesar de ser tan frecuente e invalidante en la infancia, no había suficientes opciones terapéuticas y las que había no lograban sostener un buen control en el tiempo. Carla Castro, médica dermatóloga, coordinadora de la Unidad de Dermatitis Atópica del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Austral, explicó que “muchos niños logran un muy buen manejo solamente con cremas y emolientes, con o sin corticoides. Pero, aquellos cuya dermatitis atópica sea más severa necesitarán tratamientos sistémicos y este es el primer biológico diseñado específicamente para esta enfermedad, porque veníamos utilizando otros tratamientos inespecíficos, con eficacia variable o con niveles de toxicidad que no los hacían aptos para algunos niños o para su uso sostenido en el tiempo”.

“Los padres nos cuentan que escuchan a sus hijos rascarse toda la noche; se lastiman la piel y, a partir de ahí, el roce con cualquier prenda de ropa o con el agua de la ducha puede ser doloroso. ¿Cómo van a concentrarse en la escuela si van varias veces por semana casi sin dormir?; ¿cómo juegan con sus amigos si solo pueden pensar en rascarse, lo que, además, les infecta la piel? Si el niño transpira en el recreo, puede desencadenar un brote; si el aula está demasiado calefaccionada, lo mismo, y así con muchas situaciones cotidianas”, puntualizó la Paula Luna, médica especialista en Dermatología y Dermatología Infantil del hospital Alemán. Un capítulo aparte son además las miradas que la piel atópica genera: “Todavía tenemos un largo camino por recorrer para erradicar de una buena vez los mitos alrededor de las enfermedades de la piel de origen inflamatorio y autoinmune. No contagian y la persona que la tiene lo que necesita es nuestra empatía, porque tal vez la esté sufriendo demasiado como para agregar a eso que los demás lo señalen o le impongan una distancia”, subrayó el doctor Claudio Parisi, Jefe de las secciones Alergia Adultos y Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires. A veces, no solo es la dermatitis atópica, porque el mismo proceso inflamatorio que desencadena esta enfermedad, conocido como ‘inflamación de tipo 2′, es ocasionado por una sobreactivación del sistema inmunológico que produce descontroladamente una serie de proteínas (entre otras, las interleuquinas 4 y 13) y también interviene en el desarrollo de otras enfermedades que pueden aparecer en forma simultánea, como el asma, la rinitis alérgica y las alergias alimentarias. “A veces, existe cierto temor o reticencia de los padres -y médicos no acostumbrados a los nuevos medicamentos- a dar el salto de las cremas a un tratamiento sistémico para sus hijos, aun cuando claramente estas no estén siendo suficiente. Sin embargo, los tratamientos biológicos modernos, presentan un muy buen perfil de seguridad y han demostrado obtener rápidamente beneficios significativos y sostenibles en el tiempo”, agregó Luna.

 

 

Fuente: Mirada Profesional

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