Ensayo argentino afirma que el uso de ibuprofeno nebulizado reduce a la mitad la mortalidad del Covid-19
Mucho se habló en estos dos años de pandemia del uso del ibuprofeno nebulizado o inhalado para tratar cuadros severos de coronavirus. El medicamento es promocionado por especialistas argentinos, que lo utilizan en al menos cuatro provincias, y que antes de la vacuna fue una de las mayores esperanzas para los pacientes que desarrollaban neumonía. Pero hasta el momento, no hubo ensayos capaces de aportar evidencia científica concreta que permita su aprobación nacional. En estos días, un grupo de investigadores publicó en la revista National Bureau of Economic Research un trabajo que podría ser el paso final para lograr el visto bueno final del tratamiento. Si bien no fue revisado por sus pares, el reporte afirma que el ibuprofeno inhalado disminuye 50 por ciento la mortalidad por Covid-19”. “Estudiamos el caso del ibuprofeno nebulizado, un medicamento que se usó ampliamente en pacientes con Covid-19 en Argentina en medio de afirmaciones salvajes sobre su efectividad y sin aprobación regulatoria. Estudiamos datos de 5.146 pacientes hospitalizados en 11 centros de salud repartidos en cuatro provincias, de los cuales un total de 1.019 (19,8 por ciento) recibieron el tratamiento”, plantearon los autores en la publicación de sus conclusiones. “Los efectos observados sobre la salud de todos los pacientes tratados, la mejoría en valores de laboratorio y en la saturación de oxígeno, y el cambio favorable en la sintomatología llevaron a continuar con las investigaciones a pesar de todas las críticas de colegas y sociedades científicas”, dijo Alexis Doreski, especialista argentino que promueve el tratamiento.
El trabajo “Inferencia causal durante una pandemia: evidencia sobre la efectividad del ibuprofeno nebulizado como tratamiento no probado para el Covid-19 en Argentina” fue financiado por la Universidad de Harvard y publicado recientemente, y espera la revisión n depares. “Presentamos nuestro análisis principal sobre el papel del tratamiento en el riesgo de mortalidad de los pacientes. La falta de un ensayo clínico dificulta sacar conclusiones causales sólidas. En cambio, confiamos en las características observables de los pacientes y otros tratamientos recibidos para tener en cuenta el posible sesgo de selección. Es decir, utilizamos un supuesto de Selección sobre Observables, que impone dos condiciones principales: suposición de independencia condicional, esto es, la asignación de tratamiento es tan buena como aleatoria después de condicionar las características observables de los participantes, y superposición, lo que implica que se observan individuos con características observables similares tanto en el grupo de tratamiento como en el de control”, explicó el paper. En este sentido, destacaron que “una primera revisión de los datos restringe la atención a los hospitales que en algún momento usaron NaIHS y documenta una gran reducción de la mortalidad, estadísticamente significativa, que podría atribuirse al tratamiento con NaIHS. Una preocupación obvia es que esta diferencia podría deberse a la selección de pacientes de menor riesgo para el tratamiento con NaIHS. Sin embargo, las diferencias medias no ponderadas de las características basales no están sistemáticamente sesgadas hacia los pacientes de menor riesgo”. Más formalmente, agregaron, “el estimador de ponderación de probabilidad inversa doblemente robusto confirmó la correlación después de corregir las fuentes más plausibles de posible sesgo de selección”.
Con la publicación del trabajo financiado por Harvard, y la evidencia tantas veces reclamada cada vez más manifiesta, este medio volvió a comunicarse con el neumonólogo, quien no dudó en asegurar que los nuevos resultados “si se hiciera una inferencia, demuestran que hubieran muerto 65 menos argentinos menos por Covid-19 si se autorizaba el uso de este tratamiento”, dijo el experto según una nota del portal Infobae. Desde Fundación Respirar, entidad en la que Doreski está a cargo de la Dirección de Investigación y que utiliza el fármaco desde 2018 en pacientes con fibrosis pulmonar idiopática y fibrosis quística, se solidarizaron hoy con “todos aquellos que perdieron amigos y familiares en la pandemia porque no había ‘evidencia’ suficiente para la utilización de este tratamiento, como pregonaron desde varias sociedades científicas”. Consultado sobre el significado que tiene la nueva evidencia sobre el abordaje que él promueve casi desde el inicio de la crisis sanitaria que desató el SARS-CoV-2, Doreski consideró que “el ensayo es cuasi experimental, con lo cual tiene el poder estadístico de un estudio clínico, al comparar la evolución de personas que recibían el tratamiento versus las que no”.
Fuente: MIrada Profesional