Empresa argentina logra crear órganos artificiales para probar efectos de los medicamentos
Una empresa cordobesa utiliza impresoras 3D para replicar las condiciones de los tejidos de distintos órganos del cuerpo humano, y así probar la eficacia y posible toxicidad de distintas drogas.
A la hora de crear nuevos medicamentos, una de las cuestiones que deben probarse primero es su seguridad, es decir, que no cause efectos adversos o no deseados. Para eso se suelen usar los ensayos clínicos, en grupo reducidos de personas. Desde hace un tiempo, crece en el mundo una posibilidad que permite evitar este paso: hacerlo en modelos artificiales que simulen el cuerpo humano. En algunos casos existen grandes programas de computadoras que permiten simular el uso del nuevo tratamiento. En otros, se crean aparatos que simulan los órganos, a los cuales se los expone a la droga. Esta última alternativa es la que motivó a un grupo de científicos argentinos a desarrollar una tecnología capaz de imitar tejidos humanos, que permitan realizar pruebas confiables. Con apoyo de dos empresas nacionales, crearon una alternativa confiable que ayuda a avanzar en materia de nuevos fármacos.
A partir del uso de impresoras 3D, el proyecto recrea los tejidos de distintos órganos, que son receptores de las drogas cuando ingresan al organismo. "La tendencia mundial en el ámbito de la salud es ir hacia la medicina personalizada, lo que significa aplicar o generar una terapia específica para cada paciente", explica Aden Díaz Nocera, director de Life SI, un emprendimiento cordobés dedicado a dar soluciones tecnológicas en el ámbito de la investigación en salud. Hace un tiempo, esta empresa creó la primera impresora de piel del país, que sirve para curar lesiones cutáneas. Ahora, junto a investigadores del interior del país, fueron más allá y desarrollaron un sistema para el testeo de drogas en un modelo de tejidos a partir de células humanas. Para esto, las denominadas bioimpresoras 3Dutilizan material biológico para replicar órganos y tejido biológico, denominadas 3D-Res. Luego, el Sistema Automatizado de Microfluídica llamado A-Live, permite a partir de la muestra de un paciente, la creación de tejidos aptos para la puesta a prueba de distintas drogas y así determinar el tratamiento más acorde con cada organismo.
"En el campo de la ingeniería de tejidos a esto se lo denomina ‘Organ-On-Chip’ y es básicamente un dispositivo que se comporta como el órgano de un paciente específico", indica Díaz Nocera. En 2011 y 2016, con la presentación de una prótesis mioeléctrica de miembro superior y con una bioimpresora 3D -respectivamente-, Life SI fue premiado en el Concurso Nacional de Innovaciones “Innovar”, organizado por el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología. Además, con la bioimpresora 3D también recibieron el primer premio en el concurso BioTec organizado por la Cámara Argentina de Biotecnología en 2015. En la edición de este año del premio, participaron nuevamente con el Sistema Automatizado de Microfluídica, que también fue lanzado en Francia durante un workshop sobre bioimpresión 3D en la investigación del cáncer, organizado por la Sociedad Americana de Ingeniería de Tejidos, donde fueron la única empresa latinoamericana. Allí, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nantes, dejaron instalada una de sus bioimpresoras.
"Hemos logrado generar tecnología de punta en el interior del país, tecnología que puede competir a nivel mundial, generar un impacto a través de la medicina y hasta llegar a salvar vidas", dice Díaz Nocera. Con este sistema, al generar un modelo de una patología con células humanas, e incluso de pacientes específicos, se descarta la utilización de animales para experimentación, por un lado; y, por el otro, permite trabajar con resultados mucho más representativos. Life SI orienta sus productos a la investigación y a la educación, a través de cursos y seminarios donde los investigadores aprenden a utilizar esta tecnología. En ese sentido, la firma instaló en 2019 la primera bioimpresora educativa en una carrera de grado en el país dentro de la carrera de Biotecnología de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba, que es la primera en incorporar la bioimpresión dentro de su currícula obligatoria.
Por su parte, las líneas de investigación están orientadas hacia la generación de órganos y tejidos, la impresión de tejido óseo, y el desarrollo de aplicaciones para el sector industrial y farmacéutico. Díaz Nocera resalta la importancia de la cooperación público-privada y señala: "La vinculación academia-empresa me parece, y lo hemos visto en primera persona, tiene un potencial impresionante". Estas técnicas de diagnóstico están aún en etapa de investigación. A futuro, con la bioimpresión 3D se apunta a la fabricación de órganos. De esta manera, no sería necesario un donante, su desarrollo se realizaría con células del mismo paciente que lo necesitara y disminuiría la probabilidad de rechazo del implante.