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24/06/2022

El primer fármaco a base de cannabis autorizado en el país tuvo grandes resultados contra la epilepsia refractaria

Según su ensayo clínico, el uso de Convupidiol, tratamiento que cuenta con el visto bueno de la ANMAT para su dispensa en farmacias, logró controlar esta patología en el 87 por ciento de los casos.

 

El año pasado, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) autorizó el primer tratamiento en base a cannabis para ser dispensado en farmacias. Se trata de Convupidiol, un tratamiento anticonvulsivante que logró la inscripción en el Registro de Especialidades Medicinales (REM) con una vigencia de cinco años. En la actualidad, este es junto a Kanbis el único tratamiento disponible en el mercado local. En estos días, se conoció el ensayo clínico que muestra la eficacia de este medicamento en el control de la epilepsia refractaria, la primera patología que la ley que legalizó el uso de estos tratamientos permitió. Según los resultados, el 87 por ciento de los pacientes tratados redujo sus convulsiones. “El cannabidiol logró mejoría en pacientes que no respondían a otras alternativas terapéuticas”, sostuvo Diego Sarasola, especialista en neuropsiquiatría y director médico del laboratorio Alef Medical Argentina, productor del medicamento. En total, fueron 93 los pacientes implicados en el estudio, quienes recibieron durante seis meses Convupidiol, mientras los médicos involucrados llevaron un control de los eventos adversos y de la frecuencia de las convulsiones. Además de esa mayoría que tuvo beneficios, un 7 por ciento no tuvo diferencias y solo un 2 por ciento aumentó sus crisis. El mínimo porcentaje restante abandonó la medicación. “El siguiente dato auspicioso es que los pacientes con respuestas favorables tuvieron una reducción en promedio de un 60 por ciento de sus episodios, llegando al ciento por ciento en algunos casos”, agregaron los responsables del estudio.

Los resultados del ensayo fueron difundidos por diversos medios en el marco del Día Internacional del Síndrome de Dravet, establecido el 23 de junio para sensibilizar y dar a conocer las particularidades de este tipo de epilepsia que requiere de un control especializado. En cuanto a la seguridad del medicamento, “los efectos adversos fueron esporádicos y leves, como irritabilidad o diarrea, y estuvieron dentro de lo esperado. Los resultados también reafirman la indicación del cannabis farmacéutico para el síndrome de Lennox-Gastaut y en convulsiones refractarias secundarias a esclerosis tuberosas. Estas son las tres especificaciones de la aprobación de la ANMAT”. A diferencia de otras investigaciones, el seguimiento se realizó con menores y adultos. Este punto abre una perspectiva para las personas mayores de edad con este diagnóstico, ya que hasta el momento el uso del cannabis en epilepsia estaba focalizado especialmente en niños. “Hoy puede decirse que el cannabidiol constituye una alternativa terapéutica en algunos pacientes donde no se lograba el control de sus crisis. Es decir, tiene efectos positivos probados en pacientes que no habían obtenido mejoría con otras alternativas disponibles”, destacó en una nota con el diario Tiempo Argentino Sarasola.

* En cuanto a la seguridad del medicamento, los efectos adversos fueron esporádicos y leves, como irritabilidad o diarrea

Sobre su administración, Sarasola agrega que “hay actualmente racionalidad para pensar el cannabis farmacéutico como un agregado a otras medicaciones anticonvulsivantes. La acción anticonvulsivante no es conocida del todo pero estaría mediada por el sistema endocannabinoide -un mecanismo descubierto recientemente que está presente en todo el organismo y regula una gran cantidad de funciones del organismo- y que reduciría la hiperexcitabilidad neuronal”. Más allá del estudio, las autoridades recalcaron que es fundamental para un tratamiento médico utilizar exclusivamente un cannabis de calidad farmacéutica, que garantiza buenas prácticas de manufacturas y estabilidad en sus fórmulas, con ausencia de impurezas y sustancias degradantes. “Dos condiciones fundamentales en productos medicinales –resume Sarasola–, además en los desarrollos con esta calidad es posible contar con la certeza sobre la dosis exacta de CBD de su contenido, dado que el efecto terapéutico dependerá de la adecuada concentración de esta molécula”. Al mismo tiempo, tienen asegurados porcentajes extremadamente bajos de THC, con lo cual se avala la ausencia de efectos psicoactivos y sus riesgos por el uso en niños. Convupidiol presenta 100 miligramos por mililitro de CBD de máxima pureza y también cuenta con certificación GMP -good manufacturing practices o buenas prácticas de manufactura-, emitida por la autoridad europea competente. “El cannabis de uso farmacéutico no debe estar disociado de cualquier otra molécula. Esto implica evidencia médica de calidad y uso para indicaciones claras y precisas”, mencionó Patricia Saidón, médica especialista en neurología y miembro del Comité Central de Ética en Investigación de la Ciudad de Buenos Aires. El cannabis no es solo una novedad auspiciosa en el tratamiento de las epilepsias más difíciles. Se amplía a otras facetas que ayudan a la calidad de vida de la persona. “Hay estudios e indicios –concluye Sarasola– que muestran un escenario prometedor sobre otras patologías y síntomas, como algunos tipos de dolor”.

 

 

Fuente: MIrada Profesional

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