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02/11/2018

Cronoterapia, cuando la hora en que se toman los medicamentos influye en su efectividad

Desde hace un tiempo en todo el mundo se estudia la influencia del momento en que se toman los tratamientos y su efecto. La relación con los ritmos circadianos, la clave de su efecto. Especialistas argentinos opinan de la cuestión.

Desde hace varios años, especialistas en todo el mundo estudian el efecto del horario en que se toma los medicamentos, y su relación con su efectividad. En 2011, un equipo de investigadores de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, puso en marcha un experimento con un grupo de ancianos que iba a vacunarse contra la gripe, y determinó que la diferencia entre el turno que recibieron la vacuna (a la mañana o la noche), marcó una diferencia en los niveles de los anticuerpos. Este generó un avance en la llamada cronoterapia, que analiza cómo el reloj biológico de las personas influye en los efectos de fármacos y vacunas. En el país la cuestión ya se toma en cuenta, y especialistas analizan los estudios para aplicarlos a nivel local. La conciliación entre los ritmos circadianos y los tratamientos médicos, la clave para avanzar en esta materia. 

“La idea de la cronoterapia tiene ya varias décadas, pero hasta ahora hay pocas aplicaciones clínicas reales”, explicó Diego Golombek, investigador del CONICET y director del laboratorio de Cronobiología de la Universidad Nacional de Quilmes. “Lo llamativo es que hay ensayos médicos que demuestran que los tratamientos en los cuales se considera la influencia de los ritmos circadianos y el reloj biológico de las personas tienen mejorías importantes en su efectividad”, agregó en una nota del diario Perfil. Golombek, incluso, propone “hablar de la cronotoxicología, que también está modulada por los ritmos circadianos de nuestras células”. 

Por su parte, María Fernanda Ceriani, directora del Laboratorio de Genética del Comportamiento en el Instituto Leloir, dijo que “en algunas patologías suele pasar que los pacientes deben abandonar su tratamientos porque los efectos secundarios que genera el medicamento son peores que los beneficios, como a veces sucede en oncología”. “Hoy sabemos que cada tejido u órgano cumple su función más efectivamente en momentos determinados del día y que las proteínas relevantes para realizar su función son más abundantes en ciertas horas. Entonces, si aprovechamos esos momentos para suministrar una molécula específica, el tratamiento sería más efectivo, especialmente con drogas que tienen una vida media corta en nuestro organismo. Eso permitiría, por ejemplo, lograr dosis efectivas con una menor concentración de medicamentos y así moderar los efectos secundarios que causa ese fármaco”, afirmó. 

Para Golombek, esta variación en el timing es un camino muy ancho que vale la pena recorrer: “Es que cambiar el horario de dar un medicamento o el de hacer ciertos tratamientos no tiene costo. Y por eso cualquier mejora en su efectividad resulta beneficiosa para el paciente. Por otra parte, también podemos hilar más fino y considerar la cronoterapia como una parte de la era de la medicina personalizada, para que se incluya el análisis del cronotipo de cada persona en determinados tratamientos”. Según los expertos, hasta ahora la medicina se viene desarrollando sobre la base de analizar la forma y la función de las enfermedades y su contracara, los medicamentos. Sin embargo, es tiempo de sumar a esta ecuación el factor timing, una idea que abre un camino prometedor. 

Aunque el sentido común indica que los cirujanos cardíacos tendrían mejores resultados si operan durante la mañana, cuando están más descansados y despiertos, “un paper publicado el año pasado en la revista The Lancet demuestran lo contrario”, comentó Golombek. En dicho estudio observacional realizado sobre 596 personas que fueron operadas para hacerles reemplazos de válvulas cardíacas se siguió la evolución de su salud durante el año y medio posterior a la intervención. Y se halló que los pacientes en los que la cirugía se había realizado entre las 12 y las 18 tenían hasta un 50 por ciento menos de riesgo de sufrir un evento cardíaco posterior grave, incluyendo infartos y muerte. 

En la misma línea, otro estudio publicado el pasado mes de noviembre en Science Translational Medicine también mostró que el momento del día en que se produce una lesión afecta a su tiempo de curación. En concreto, la investigación -aún preliminar- encontró que las quemaduras que se habían producido durante la noche necesitaban un promedio de 11 días más para sanar que aquellos que se generaron durante el día.

 

 

Fuente: Mirada Profesional

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