Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para tratar las infecciones bacterianas que afectan a las personas, y también a los animales.

En los últimos años, su uso masivo e inapropiado, ha acelerado el desarrollo de la resistencia antimicrobiana (RAM). Este fenómeno ocurre cuando las bacterias mutan en respuesta a un medio desfavorable y se vuelven más resistentes.

La resistencia antimicrobiana ha causado un aumento en el número de muertes provocadas por infecciones, debido a la falta de eficacia de los tratamientos con los antibióticos disponibles hoy en día.

Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, “la resistencia a los antibióticos es hoy una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo”.

Desde 2015, la OMS dirige una campaña mundial de sensibilización sobre esta problemática bajo el lema “Antibióticos: manéjalos con cuidado”.

La ANMAT, por su parte, adhiere a la concientización y recuerda:

• No automedicarse. Los antibióticos siempre deben ser indicados por un médico u odontólogo y expenderse en las farmacias únicamente bajo receta.


• Respetar las dosis, la duración y el horario de los medicamentos que deban tomar. Consumir antibióticos de manera inadecuada puede favorecer la aparición de bacterias resistentes a ellos.


• No demandar antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.


• Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.


• No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a usted o a otros.


• Prevenir las infecciones lavándose las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto íntimo con enfermos, velando por la seguridad de las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.